En materia de discapacidad y de interculturalidad es fundamental atender la diversidad de requerimientos y necesidades en el acceso a la información. La información volcada a la sociedad es presentada, en general, en formatos de texto escrito. La población en situación de discapacidad intelectual, la comunidad sorda, colectivos migrantes, aquellos que encuentran barreras para la comprensión de la lectoescritura, entre otros, no acceden a los contenidos en esta modalidad.
Según varios estudios a nivel mundial, en la pandemia la televisión abierta volvió a ser el medio de referencia por dónde informarse.(1) Se tornó clave que las noticias fueran accesibles ya que las barreras comunicacionales exponían más a las personas en situación de vulnerabilidad a contraer la enfermedad. Para ejemplificar tomaremos como fenómeno el contexto de la televisión abierta en Uruguay, la información en lengua de señas y la población sorda señante, es decir personas sordas que usan la lengua de señas como su primera lengua en su vida cotidiana.
Contar con la presencia de la lengua de señas en las prácticas comunicativas es uno de los principales factores para promover la accesibilidad y la participación social de la comunidad sorda. Previo al COVID-19, en cumplimiento de la ley de medios, los informativos de los canales de TV abierta contaban con interpretación a LSU (Lengua de Señas Uruguaya). En el contexto de pandemia en Uruguay aumentaron las horas de contenidos informativos en vivo y la primera acción de varios canales de TV fue retirar a los intérpretes, situación que se revirtió luego de una declaración de la Asociación de Sordos del Uruguay. De haberse mantenido esa situación, la comunidad sorda señante no podría haber acompañado la evolución constante y el avance de forma acelerada de conocimientos sobre cuidados, prevención, vacunación, medidas de atención a la situación de emergencia social y económica. Tanto en Uruguay como en Argentina hubo un deterioro de la tarea de interpretación en la televisión, por la reducción de los equipos de interpretación, informativos más largos a cargo de un solo intérprete, o exclusión de los asesores sordos en los equipos en Argentina.
En el mismo periodo puede considerarse como una buena práctica que las campañas estatales en el marco del Covid-19 sí contaron con interpretación a lengua de señas uruguaya, algo que ya venía siendo implementada en las campañas de bien público antes de la pandemia.
Sin embargo, la gran ausencia es consulta a la comunidad sorda sobre cómo la información es más accesible, no hay dispositivos pensados para incluir la participación de usuarios en la elaboración de los mensajes, ni en la recepción. (1) En conclusión, no solo son necesarios medios de comunicación e información accesibles sino unos que cuenten con procesos consultivos a los usuarios para asegurar la accesibilidad y los derechos ciudadanos de los diferentes colectivos.
(1) Lorier, Leticia, Fascioli, Florencia, Boria, Yanina and Marcela Tancredi (2020). “Accesibilidad audiovisual: derechos, políticas y regulación en Uruguay.” Paper presented at XV Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación. (ALAIC 9-13 November 2020).
Autores:
Juan Andrés Frugoni, Técnólogo en Traducción e Interpretación de Lengua de Señas Uruguaya, integrante del Nica y referente de lenguas de señas y medios audiovisuales.
Marcela Tancredi, maestranda en Lengua, cultura y sociedad, Tecnóloga en Traducción e Interpretación de Lengua de Señas Uruguaya, integrante del Nica y referente de lenguas de señas y medios audiovisuales.
Rocío Varela, Magíster en traducción multimedia y doctoranda en Comunicación, integrante del Nica y referente de subtitulado creativo.
Leticia Lorier, doctoranda en Comunicación, responsable del Núcleo Interdisciplinario Comunicación y Accesibilidad (Nica) en la Universidad de la República.