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Acceso al empleo

Salud digital y discapacidad

Salud digital y discapacidad

Por Álvaro Nicolás Besoain Saldaña*

Incorporar una perspectiva de discapacidad fue uno de los desafíos que enfrentó el sector de la salud durante la pandemia del COVID-19 y que aún está pendiente. Para su implementación se recomienda diseñar servicios con criterios de accesibilidad universal, incluir validaciones por experiencia de usuarios vinculantes y la relevancia de un trato humano. 

De acuerdo con el artículo 26 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, este colectivo tiene derecho a gozar del más alto nivel posible de salud sin discriminación por motivos de discapacidad.

El confinamiento sanitario causado por la COVID-19 produjo un importante cambio en cómo se concebía la salud digital, acelerando y desafiando procesos de digitalización tanto para profesionales como usuarios. En este sentido, es importante destacar que el acceso y la comprensión de los elementos digitales son instancias diferentes, ya que acceder a la atención no necesariamente implica la comprensión de esta, por ejemplo. acceder a teleconsultas y entender las indicaciones entregadas.

Los elementos destacables de la digitalización en salud abarca desde la visibilización de las inequidades que viven las personas con discapacidad en relación al acceso, tanto a dispositivos como a conectividad, hasta la posibilidad de mostrar que la tecnología e internet son una oportunidad para hacer controles de seguimiento, trabajar a distancia o conocer contextos familiares. 

Sin embargo, en este periodo la digitalización dificultó la atención por parte de los servicios de salud de muchas personas con discapacidad, provocando que muchas abandonen sus tratamientos, puesto que no contaban con herramientas digitales como  correo electrónico o dispositivos para descargar programas o aplicaciones. Sin embargo, cuando las condiciones materiales están garantizadas, la salud digital ofrece nuevas estrategias, sobre todo en territorios rurales o distantes, permitiendo la entrega de nuevas herramientas para enriquecer los procesos de atención. Esto se puede transformar en una fortaleza, siempre y cuando consideren la diversidad y necesidades de las personas con discapacidad, sobre todo en el trato respetuoso y adaptable del equipo de salud. 

Para alcanzar servicios de salud digitales inclusivos es necesario cumplir los principios de accesibilidad universal y toda la cadena de acciones para garantizar el acceso a equipos que permitan funciones a distancia, red de internet que acompañe las videollamadas (sectores rurales, por ejemplo) o procesos de alfabetización digital para un uso eficiente de tecnologías. También es relevante diversificar las alternativas (no solo tecnológicas) para tomar horas y contemplar que es necesario adaptar las plataformas para el acceso de personas con diversas discapacidades. Para poder cumplir con esto es muy importante considerar a las personas destinatarias de las tecnologías y accesibilidad digital para el desarrollo y validación vinculante de tecnologías más accesibles.

*Kinesiólogo, Magister en Salud Pública por la Universidad de Chile e integrante del Núcleo Desarrollo Inclusivo, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

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